La búsqueda de una vida con-siente ha sido el punto de partida para un caminar conjunto de creaciones inspiradas en la identidad, en la individualidad, en la expresión y en el arte de vivir. En el camino y con el propósito decrear conexiones reales, Punto Blanco se encuentra con un artista que converge con sus ideales para crear arte con sentido. Así nace una colaboración que vamás allá de lo estético para alcanzar el punto de contacto que materializa la esencia de una historia compartida.
Juan Camilo Montenegro
Un hombre de 30 años que nació y creció en Bogotá. Ha decidido, de un tiempo para acá, dedicar sus días al arte que lo conecta con su versión más auténtica, con su esencia interior. Una forma de arte que mantiene viva su creatividad y enciende constantemente su curiosidad y sus ganas de experimentar.
Hace ya un tiempo que Juan Camilo y el barro, la cerámica, las esculturas e incluso el vidrio son uno, una sola forma de expresar e integrar su historia, la historia de su territorio, sus raíces y las anécdotas intangibles que busca materializar y volver reales a través de su arte.
En su conexión constante con las materialidades, fibras y técnicas, ha evolucionado a
una vida en equilibrio, una vida que favorece el balance y lo invita a permanecer en una sintonía en la que lleva el control y, al mismo tiempo, deja fluir. Desde ese estilo de vida, desde esa esencia, se da el encuentro con Punto Blanco, una marca que lo inspira a llevar una cotidianidad presente y con-siente.
El arte
El encuentro entre un territorio lleno de historia y la biodiversidad que lo habita se convierte en la razón misma de cada nueva creación.
Un artista que se inspira en la identidad de la marca para desarrollar su arte y se nutre del punto que tienen en común Punto Blanco y su trayectoria: habitar en un espacio lleno de vida, de naturaleza, de raíces.
Se la ha pasado gran parte de su vida recolectando arcillas, materiales e incluso técnicas alrededor de Colombia para ponerlas en práctica en cada nueva obra. Ahora, Punto Blanco se convierte en su lienzo, en su base, en su punto de partida para representar una historia que se desenvuelve a lo largo de todo un país.
Las obras
Se cuenta una historia a través de 5 obras que buscan mostrar cómo el artista percibe su territorio.
Todas las piezas juegan con el equilibrio como un movimiento rítmico que pareciera querer ponerlo a prueba. Las composiciones se basan en geometrías y contrapesos que actúan como un todo para mantenerse en pie y de forma erguida. Es un desafío a la gravedad que demuestra que, al fin y al cabo, todo es cuestión de equilibrio.
El arte es la expresión
pura de una vida
con-siente.
Desde de los materiales y las técnicas se hace una apología a la representación misma de ser colombiano. Aquí se vuelven protagonistas cada uno de los elementos de las obras y cómo interactúan entre sí para expresar una conversación desde la fluidez, la rigidez, el contexto y un territorio que inspira infinidad de sensaciones.